Dónde están los mercaderes
dónde están los que ofrecieron el becerro
dónde están los que amurallaron mi cuerpo y
lo escondieron dónde están los que dibujaron esta máscara
dónde estoy
dónde mi rostro
dónde me busco
dónde
si en el diluvio de los ojos de mi hijo no
he podido ver su corazón desbocado
aquel caballo rondas de azúcar
ni al velo de la noche con palabras expulsadas de dios
dónde estás hijo mío
dónde estoy hijo mío
si no estoy a tu lado y me salvo contigo
© Ernestina Elorriaga
Muy duro el poema. Y muy bello...
ResponderEliminarPotentísimo. Gracias! Abrazo grande Tina! Alfredo Lemon
ResponderEliminarHermoso poema querida amiga Leonor Mauvecin
ResponderEliminarMuy potente, muy fuerte!
ResponderEliminarBesosss