Se secaron en mí las hojas
sin previo aviso
corroídas por el dolor
ensangrentadas de soledad.
Seré sin rama florida
sin alboroto de plumas
tronco de savia reticente.
Seré oscura terquedad
estéril, inflexible
en la lujuria de la primavera.
Pero aún se hundirá mi raíz
en la arenosa tierra amada
aunque arrase el viento
aunque el incendio desaparezca el monte
aunque el río se seque.
Hojas y flores no seré
pero raíz,
ay, sí raíz
que camina hacia adentro.
© Águeda Franco
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