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29/6/22

Poema de Patricio Emilio Torne

 


INCENDIAR LA CASA


“Mi casa está fuera de lo común /Así es, no quiero lastimar a nadie/Algunas cosas seguro pueden barrer mis pies/Quemando la casa/No hay medios visibles de apoyo y no has visto nada aún”

“Burning down the house” -Talking Heads-

 

Hay que incendiar la casa,

como un mandato. Los pájaros

seguirán allí, en sus ramas.

Nadie libera lo que no se encerró jamás.

Por eso, como un mandato,

hay que incendiar la casa

y los vestigios de aquello que nos ataba,

los oráculos sagrados,

sus credos y bendiciones,

la repetición ceremonial.

Esa mano que nunca se acostumbra,

ahora embrutecida, vuelta garra

dándole de chispas o de llama

para que al fin comience

lo que en verdad termina.

Siempre hay algo saludable en los modos

de aprender y equivocarse.

La certeza de lo ya hecho

es proclive al acertijo,

también al anquilosamiento.

Pasa el tiempo y, comúnmente,

la pérdida de movilidad articular

es progresiva, cuando es completa,

el dolor en las articulaciones

tiende a desaparecer.

Así, sin dolor ni sentimiento,

nos acostumbramos a lo estanco.

Igual que se acostumbra la casa

a los chirridos en las bisagras

de las aberturas,

y uno deja de pensar en abrirlas.

 

© Patricio Emilio Torne

5 comentarios:

  1. Bellísimo poema! Cuanta riqueza de imágenes y sentido!

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  2. Me encanta leerte. Y me dejan de doler las articulaciones gracoas al poema.

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  3. Qué bueno! Cómo se disparan los sentidos a múltiples interpretaciones. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba

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  4. " nadie libera lo que no se encerró jamñas! aplausos. susana zazzetti

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  5. Pato! Gracias por ese incendio!

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