alas señoras
La primera vez que vinieron
me acerqué despacio
para que no se asustaran
la segunda
les saqué
una foto por la ternura
la siguiente les expliqué
por qué un balcón no puede
ser casa para todos
les avisé antes
de que levantaran las paredes
la otra junté lo recolectado
para no destruir su trabajo
y que pudieran llevárselo
las vi buscar
desde la cocina
me emocioné
por la insistencia
otra vez volví a explicarles
la forma en que la convivencia
hubiera sido posible
esta vez probaron
todas las macetas de mi paciencia
hasta verme azotar la puerta
gritar los palos tirar
el esfuerzo de ambas partes
que al final
no fue suficiente.
© Laura Kiener
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