CONVERSACION EN LA CAMA
Ahora que el tiempo
pasa por el ojo de una aguja
quiero que hablemos
de aquel día
de ese jueves de mayo
cuando las hojas se precipitaban
de muerte natural
y yo no tenía rostro
ni nombre
ni deseos
sólo un abierto surco
entre las piernas
y la señal oscura
de tu antojo
en mitad de la frente.
Hablemos de aquel día
madre.
Tendamos sobre el lienzo
los tatuajes del miedo
los
presagios
para arrimar
esta enlutada sangre
al preciso momento
que cayó de tu cántaro
a la piedra.
Hablemos de aquel día
madre
mientras las horas crujen.
© Estela Smania
ah, Estela!!! se siente adentro ese crujido
ResponderEliminarGracias
te abrazo
Claudia
Conmueve tu poema Estela .
ResponderEliminarLeonor Mauvecin