Tardanzas del mar
Quería escribir
tiempo, pero el mar se alejaba.
Todavía retumba
contra mis oídos,
deja de oírse,
tarda en derribar las rocas del pasado.
Un día roerá las
montañas donde pienso en ti.
Esta casa de
huesos prestada sin interés,
también caerá
derruida por tus manos,
enredada por tu
cabellera, ese hoy insoluble.
Tarde de
guerreros inútiles, porfías del sentir.
Cuando el no
sentir ha desatado el vacío.
Desde ayer, el
mañana continúa impronunciable.
Veo en el
horizonte tu cuerpo en desuso.
Seria pregunta,
borroso azote de un viento sin porvenir.
Mi hoy ha de ser
un rastro de pasado intransferible,
un fuego hace
tiempo consumido, dulce ardor
no convoca
hierbas de esperanza.
Final donde
fracasan los esfuerzos por rescatar
los cuerpos
calcinados por la lluvia errante.
© Tomás Modesto Galán
No hay comentarios:
Publicar un comentario