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27/5/22

Poema de Roxana Palacios

 


Broncoespasmo

 

Mi hija es un mundo aparte,

lleva

países recortados en la espalda,

la negación del propio,

incluido su lenguaje.

Cuando era un bebé, solo reía

raíz pivotante y pasto verde

       cantándole a los animales

como si los prefiriera

por sobre las personas.

En la adolescencia quería

parecerse a mí,

le enseñé a plancharse el pelo

con cuidado de no quemarse.

Usaba mi ropa y comía

grandes cantidades de cereal

mientras escribía nombres

propios

en la superficie de un cráneo

que compartía con sus compañeros

de estudio.

Algunas noches, la tristeza 

o el vacío llegan a mí 

con rumor de broncoespasmo. 

Yo la abrazo, apoyo mi mano 

en el vapor de su garganta, 

 

             algo intangible, una pérdida 

de aire entre los pequeños dientes

como barcos en la deriva del ahogo.

 

Observo la cabeza de mi hija

entre mis brazos mucho antes

de que la guerra separara

de su familia a los combatientes.

¿Cómo vas a comprenderla

si ni siquiera comprendés la vida?,

le respondió Confucio a Chi-lu

cuando quiso preguntar

sobre la muerte.

 

                                a Luz María

 

© Roxana Palacios

5 comentarios:

  1. David Sorbille dijo...
    Un poema genial, Roxana!! Te felicito!! Un abrazo

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  2. Roxana, tu.poema es precioso cofre que encierra sentimientos profundos y la perplejidad humana ante los misterios de la vida y de la muerte. Gracias por compartir, muy bello.

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  3. Bellísimo, Ro. Lo sentí en el cuerpo.

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  4. Toda la belleza. La maternidad, el amor, la vida en que por cierto la muerte cabe. ¡Gracias!

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  5. Ro, me emocionó tu poema, maravilloso.
    Abrazos
    Elisabet

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