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24/5/22

Poema de Marilyn Zumbo

 


En un instante

perverso,

con la furia

del minotauro, tus palabras,

como aguijones

sin escrúpulos,

atacaron cruelmente

mi alma.

No soy Ariadna ni

Penélope.

Sin hilos dorados,

para atravesar

el laberinto de tus pensamientos.

Sin hilos plateados,

para tejer

y destejer,

tus desencuentros.

Sólo mis sueños,

mis aciertos, mis estrellas.

Mi luna hechicera,

mi sol apasionado, que me entrega Venus.

Y sé que

todo aquello etéreo,

que brotaron de tus labios,

tendrían que haber sido silenciado.

Zeus me susurró

que

resista a tus embates y siga

la Luz.

Siempre Adelante.


© Marilyn Zumbo

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