Nunca se
descansa en paz
Unos
imaginan palos, gases y balas de goma
aún en los
momentos más calmos y glamorosos,
en noches
de luna llena, entre cantos de
gloria de
una batalla que parece ganada.
Otros se
llenan de confusiones
se abruman
cuando ven a la Bestia,
se entregan
cuando avanzan los verdugos,
hasta que
la impaciencia domina las horas,
ataca el
pueblo, le quita el cotillón
la alegría
reparadora, hasta que ocupan
cada
espacio, cada rincón emancipado
donde se
levanta un triunfo.
Muchos sueñan
con simpleza y el poema no alcanza
se requiere
algo más en cuestión de saberes
un
abrepuertas de la percepción, una apertura
en cientos
de escudos mentales, escudos de
rechazo a
palabras, frases y argumentos.
Unos y
otros no se miran ni se tocan,
no cruzan
límites, por las dudas, atraen
azares
misteriosos que tal vez vuelvan
a situarlos
en un mismo plano de acciones.
El mismo
plano nos contiene y reúne
a quienes
estamos muy atentos, esperando que
la muerte
no decida un paseo sobre estas lides,
no nos bañe
con perfume de estanque, ni nos lleve
a un viaje
en crucero por el mar de los Sargazos.
© Fernando Gabriel Caniza
Contundente. Me encantó. SEG
ResponderEliminarMuy bueno! Gracias
ResponderEliminarUn poema que invita a la reflexión. Abrazo!
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