El humo
Crece
como un animalito mullido:
Emilia, la niña más chica,
es
un humo dulce
–los afluentes
de una droga profunda–
que trajo
la alegría
a todas las horas del hogar.
Juega, aún, en su habitación:
cuando lo hace
quiebra todas las cosas herméticas del
mundo,
nuestra voz más áspera,
la más dura.
© Carlos Battilana
Hacer de los detalles, la belleza justa, ese tu don Carlos. Saludo, Alfredo Lemon
ResponderEliminarBueno, bueno. Gracias Carlos. Gracias Gustavo Tisocco.
ResponderEliminarbello, Carlos!!!
ResponderEliminargracias
claudia
Ah¡ La vida diaria. Toda la poesía ahí.
ResponderEliminarInmenso poema. Gracias Carlos Battilana
ResponderEliminarBelleza belleza
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