Schrödinger.
Te miro y quiero acariciar tu alma.
Hacerte sonreír a diario
y filmarte haciendo ollies y flips
en la plaza,
mientras andás en skate.
Tus tatuajes son tan hermosos
como tus ideas
y ganas de cambiar el mundo.
Filosofás
y me siento cerca / lejos
tuyo
en un indecidible cuántico,
como la paradoja de Schrödinger.
© Marx Bauzá
Muy bonito y tierno
ResponderEliminarMuy bueno, sorprende en su final, bien escrito. Gracias, Alfredo Lemon
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