Poema de Flor Defelippe
Sedas
Llegás y preparás el baño
te sacás del cuerpo
la acidez, el gusto a tabaco
y alcohol; ves la espuma irse
por el desagüe: aún hay cosas
que reconfortan, una vez calmadas
las risas de la fiesta
hay un lugar a donde regresar.
Entre las plantas, justo ahí
la cajita negra de las sedas decía:
thin thick papers cubierta
por una finísima lengua blanca, casi
transparente. Todo el día
-y parte de la noche-
se pasaron, unas a otras
esa cajita negra de cartón
para armarse cigarrillos
con la precisión de las hilanderas,
la materia suave entre los dedos.
Arriba, la terraza regaló una luna llena
y recortada entre las ramas. Compartieron
las sobras del asado; las luces navideñas
crecían
en una madeja enmarañada. Ahora volvés a
casa
como se vuelve de los sueños,
la ducha te quita
el olor a humo del pelo,
de las manos, deja todo
con la fragancia limpia del jabón
aunque sea por un rato, aunque sea
ese papelito fino y frágil el hogar
donde es posible ver a trasluz
y calcar del otro lado,
esa fina seda que tomás de las puntas
con el cuidado de un monje
que contempla el secreto de su propia
fragilidad.
© Flor Defelippe
Etiquetas: Flor Defelippe
3 comentarios:
Muy bello, Flor! Devela profundidad en lo cotidiano, abrazo! María Cecilia Piscitelli.
Hermosísimo poema
Hermoso poema Flor! Silvia Durruty
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