Todo es lento mirá; tanto como revolver un
café sin ganas. Las cosas pasan, no voy a decir que no, pasan como siempre,
pero lentas; otras ni pasan. Es como una
soledad de nadie, y de todos. Como si
sobrara el tiempo, o en realidad todo lo contrario. Pero yo no sé si es
que algo pasa con este barrio u otros, o con esta gente que se vuelve lenta, o
es que son estos ojos míos siempre así. Me volví a enredar con la muerte, su
olor anda sigiloso por las noches,
persistente, difícil de ignorar. Debe ser que no hay tiempo, y que entonces el
sin sentido de los relojes vuelve a quebrarse en la ironía. Las horas que hoy
parecieran querer mentir los nombres, las caricias, y los ojos ensimismados que
no quieren volverse sombra como ninguno de los besos, son como una dicotomía,
un dipolo o una especie de crueldad, y deberían hacer silencio, absoluto
silencio de tiempo, sólo por el hecho de estar lloviendo de esta manera ahora.
© Javier Rodríguez (L.
Vinci)
Potentísimo! Inspira y apenas devela. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarLos ojos querran ser luz y quedarse como dice la tonada. Bello.
ResponderEliminarMuy bueno este texto!
ResponderEliminarBellísimo, Javier!
ResponderEliminarBesosss
Bellísimo texto, amor! Felicitaciones!
ResponderEliminarHola, ya te lo he dicho, celebro como escribís, felicitaciones. Decir tanto, hacer imaginar, ser poéticamente verosímil, de palabra acaudalada en cada sentir de verso. Excelente modo de mostrar la vida. De llegar al ser.
ResponderEliminarSaludos cordiales Leonardo (Javier) Abrazo
Cristian Jesús Gentile