2/3/22

Poema de Victoria Lovell

 


El oferente se inclina ante la súplica

no sin antes auscultar el pulso.

Se concede lo imposible, no sobran migajas.

 

© Victoria Lovell

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3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Magnífico. Tu poema como un rezo! Alfredo Lemon

4 de marzo de 2022, 11:31  
Blogger Ana Romano ha dicho...

Excelente poema sobre una plegaria. Tiene fuerza.
Ana Romano.

6 de marzo de 2022, 11:57  
Blogger Ana Victoria ha dicho...

Muchas gracias!!

16 de marzo de 2022, 18:57  

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