7/3/22

Poema de Sergio Guerrieri

 


 

Deberíamos dar nombre

al órgano de ceniza,

 

no preguntarnos por la quemazón,

no cuestionar su esencia volátil y crepitante,

no soñar con lo que se ha perdido,

 

(tal vez alguien dude sobre lo que se hizo,

lo que se hizo así…)

 

pero no merece la pena revivir lo que ardía

tan dolorosamente, junto a los maderos,

 

sí, su nombre;

sí, su dedo señalando la flor;

sí, que iba a darnos su dulce

por única vez. 

 

© Sergio Guerrieri

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1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Palabras fulgurantes, aristas del hecho estético que va describiendo. Muy justa la ilustración de Gustavo. Alfredo Lemon

10 de marzo de 2022, 19:15  

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