30/3/22

Poema de Guillermo Bianchi

  


PELUSA

 

No me debe tu muerte más que un trago 

allí donde se templa la sed que me persigue 

de tanto compadrear por el amigo, 

tanto desenvainar desde el instinto 

hacia la irreverencia del otario. 

 

Me queda la baraja que te libró del hecho, 

el afán de vivir que me inventaste 

y el tiempo yuto 

y el dolor hermano. 

 

Me queda el eco de ese Buenos Aires 

rezongador de su falopa triste, 

grotesco en la pereza de su furia 

moridor, sobrador en la mancada 

del grata desandando sus escruches 

del poeta jeteando su quebranto.

 

© Guillermo Bianchi

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