El tercer ojo de mi perro
atraviesa mi materia
ve lo que pasa en mi interior.
Lo que yo no sé de mí
porque lo reprimido
ha tejido un abrigo de ignorancia
que descansa sobre mis hombros.
puede ver lo cotidiano
el hambre que roba el alimento
las monedas en la lata
los homicidios sin sentido
la muerte elegida por un zar excedido de codicia.
Él mira y se estremece
yo en cambio
mantengo los ojos
en un vidrio empañado
los oídos cerrados
a quejas y metrallas.
Sólo sonrío
en mi mentirosa felicidad
desbordada de fracasos.
© Griselda Rulfo
Griselda: extraigo el final "Sólo sonrío/ en mi mentirosa felicidad/ desbordada de fracasos".
ResponderEliminarWow!!!!
Gracias por compartir. Tere Vaccaro
Intenso poema, transmite las heridas que se intentan ocultar, aquello que no se quiere ver pero que igual sale a luz por distintas vías de escape.
ResponderEliminarUn abrazo
Juany Rojas
Adulzurado el dolor con capas de belleza.Bunenisimo.Abrazos
ResponderEliminarContundente la última estrofa. Y sí, muchas veces me siento culpable ante la mirada de mi perro que parece clarividente.
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