PAISAJES CON VACAS
no
yo no me fui
soy de los que se quedaron acá
oyendo el corazón de las vacas
Alejandro Schmidt.
Tu abuela se muere.
Luego reencarna en una vaca
que pasta frente a las vías del
ferrocarril.
Entonces, dejás de ingerir carne
de cualquier tipo durante años
(aunque no sepas bien porqué).
Años después te leerán una runa
y te contarán la historia
de una vaca primigenia,
que, lamiendo hielo y sal,
reveló la forma de un hombre
al que finalmente liberó
(digo un hombre y no una mujer).
En Chernóbyl manadas de vacas
viven silvestres recuperando sus costumbres
en los bosques, entre el frio y la
radiación.
En el momento de abandonarlas,
sus dueñas, que sobrevivieron a las
guerras,
al estalinismo y a la tragedia, dicen
que las vacas lloraban, vieran como
lloraban…
© Sabrina Barrego
Bajo el epígrafe del gran Schmidt, tu poema conmueve y dice muy bien. Tu imaginación a full con talento y belleza. Estupendo! Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarTrágico, y muy original poema Sabrina. No dudo que las vacas como otras tantas especias hayan y isgan llorando. Gracias.
ResponderEliminarMaria Gabriela Micolaucich
Muy fuerte el poema Sabrina. Me quedo entre emociones encontradas. Gracias..
ResponderEliminarTremendo...casi que me haces llorar como vaca abandonada...
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