Poema de Diana Espinal
Esta cartografía de sol tiene inclemencia
de reflejos.
Dos gabinetes danzan solos entre andamios y
empeños.
Cuatro sillones de silencio se miran frente a frente y
parpadean solapas.
Anoche tras la luna, brotaron acordeones y
violines de azúcar
Divagan algunas consonantes, se precipitan
a la entrada del túnel y se borda el frontón de los estruendos.
Esta cartografía de reflejos tiene
inclemencia de lenguas.
© Diana Espinal
Etiquetas: Diana Espinal
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