Amor, desamor
Camino detenido
entre dos puntos,
páramo
con una flor roja
en su inmensidad,
una voz
como único sonido,
una palabra
como único signo.
Impotencia
acostumbrada al fracaso,
posibilidad
restallante de furia,
avaricia escondida,
desamparo,
súplica,
palabra desierta.
Abrí los brazos
y allí estabas,
estrella
después de la tormenta.
Abrí el cuerpo
y nos derramamos juntos,
sangre vertida
sobre el poema
que apenas
llegamos a escribir.
© Beatriz Minichillo
Bravo Beatríz Minichilo.
ResponderEliminarMaria Gabriela Micolaucich
Bravo te digo también! Bellísimo poema!!!
ResponderEliminarCon ritmo y hermoso final.
Gracias por compartir.
Tere Vaccaro
Gracias Teresa y Ma. Gabriela
ResponderEliminarBravo Beatriz! Muy logrado. Alfredo Lemon
ResponderEliminarGracias Alfredo
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