Cuando faltaba lumbre
buscabas la llama del calefón
con un tubito de papel
y volteabas
olímpica
hacia la cocina
eran necesarios más de un intento
porque en su ansiedad el fuego
no llegaba a destino
con la misma paciencia vamos
a vos en este tiempo
atizamos el fuego
celebramos cada chispa
como si fuera el Averno
pálidas brasas nos consumen
el
aire
pronto
no sabemos cuándo
serán sólo cenizas.
© Fabiana León
Ohhh qué hermosa manera de poetizar algo cotidiano y darle otra "vuelta". Abrazo, Inés Legarreta.
ResponderEliminarQué buen poema, no sé si habla de una madre ya mayor pero a mí me hizo sentir eso...me encanto! Muchas gracias!
ResponderEliminarGracias! Si, es de Mo libro Paramo, que espero editar en breve. Abrazo
EliminarExcelente poema Fabiana , síntesis del fuego de la vida
ResponderEliminarBuenisimo.Un placer leerlo.
ResponderEliminarHermoso, Fabiana, muy sugerente, felicitaciones!!!
ResponderEliminarEl fuego, la llama...cuanto dice y cuanto no ese poema. gracias
ResponderEliminarEl gesto de lo cotidiano! Abrazo Fabiana!
ResponderEliminarEl gesto cotidiano, sin pretenciones! Abrazo, Fabiana!
ResponderEliminarHERMOSO !!!!
ResponderEliminarpuedo ver ese gesto, las cenizas
ResponderEliminarhermoso, Fabi!
abrazo
Bellísimo! Desde lo cotidiano la profundidad de la existencia y su finitud. Gracias! Jime Cano
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