NUESTRO TIEMPO
nuestro tiempo
mi tránsito justo
en la obligada tristeza
hay una batalla en la comarca donde nadie
gana
solo como un ademán de reinos la crueldad
los pensamientos y las voces
desde tu remota vigilia
un rayo abierto
trasvasa la ausencia y tu hermosura
un infinito resplandor puede
agónico
posponer la tibieza y los veranos
precipitado recibe mi corazón
la soledad
la nueva flecha
que sangra en la luz de esa lámpara
que encendimos juntos
cuando el poema tomaba forma de pájaros
y volaba hacia la hendija del sol
que espiaba amarillenta
© Ernesto Rojas
Muy bello!
ResponderEliminarPoesía como siempre desde tu voz! Beatriz S.P.
ResponderEliminarSigamos encendiendo lámparas para que vuele la poesia. Gracias por tu poema Abrazos querido amigo
ResponderEliminarPrecioso
ResponderEliminarSaludos Ernesto, insoslayable poema.
ResponderEliminarDisculpas, Ernesto, el comentario anterior es mío y salió como "unknown", soy Cristian Jesús Gentile. ¡Saludos!
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