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8/1/22

Poema de Ariel Ovando

 


 

Una imperfecta red de sueños va consumando

el silencio en la ciudad encendida;

criaturas ante el espejo

repiten sílabas de un encantamiento

para el dulce desierto de las horas:

perduran el tiempo

             de supersticiosos vinos en la boca

             de los hombres y las mujeres jóvenes;

 

y la lengua

la lengua florecida

             en la tierna visión del abismo

             de las aguas que iluminan la memoria

             de un rostro que huye a la selva

que nos devuelve los días y noches iluminados

por los ojos de las criaturas del ámbar,

esperando la danza de la luna o los pájaros

para pisar el umbral de las flores blancas

                                 y quemarlo todo a su paso

 

© Ariel Ovando

4 comentarios:

  1. "supersticiosos vinos en la boca"... muy buena imagen

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  2. Tremendo poema Ariel, felicitaciones.

    Cristian Jesús Gentile

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  3. Quiero disculparme por tamaña demora.
    Quiero, asimismo, agradecerle de manera llena de afecto los comentarios.
    Gracias, gracias miles.

    Ariel

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