Poema de Ariel Ovando
Una imperfecta red de sueños va consumando
el silencio en la ciudad encendida;
criaturas ante el espejo
repiten sílabas de un encantamiento
para el dulce desierto de las horas:
perduran el tiempo
de
supersticiosos vinos en la boca
de los hombres
y las mujeres jóvenes;
y la lengua
la lengua florecida
en la tierna visión del abismo
de las aguas que
iluminan la memoria
de un rostro que
huye a la selva
que nos devuelve los días y noches
iluminados
por los ojos de las criaturas del ámbar,
esperando la danza de la luna o los pájaros
para pisar el umbral de las flores blancas
y quemarlo
todo a su paso
© Ariel Ovando
Etiquetas: Ariel Ovando
4 comentarios:
"supersticiosos vinos en la boca"... muy buena imagen
Tremendo poema Ariel, felicitaciones.
Cristian Jesús Gentile
Precioso y preciso poema.
Excelente
SEG
Quiero disculparme por tamaña demora.
Quiero, asimismo, agradecerle de manera llena de afecto los comentarios.
Gracias, gracias miles.
Ariel
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