Ella
(I)
se mordió los labios
se ató las manos
dejó que el cuerpo sudase los deseos más
íntimos
hasta secarse en el desaliento
para dejar atrás
un tonto ensueño.
Ella dejó ahí
las ansias
la suma de aquellas palabras huecas
que ya no resonaban en el pecho
/alimentó la acritud
en
la memoria del cuerpo
para
despojarse de todo vestigio
que lo recordase.
Ella se pintó la cara
en señal de lucha
para que la fuerza le trepara los impulsos
pero no para la guerra
si no para el
olvido.
© Myriam Arcerito
Perdida y recupero. El vacío y el intento. Bien dicho. Marta Comelli
ResponderEliminarQué bueno!!!!!!!! Gracias por compartirlo
ResponderEliminarImpresiona...Por muy bueno. también!
ResponderEliminarQue poema tan interesante
ResponderEliminarSaludos