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2/11/21

Texto de Sebastián Olaso

  


La rutina de empezar de nuevo nos salpica una y otra y tanta y cada vez que nos impone el dolor de lo absoluto, de que ahora no queden curvas detenidas, de que no haya esperas, el dolor de que no haya descanso, de que no haya brújulas ni mapas que puedan ofrecer algo diferente a la rutina, a la rutina de ser distintos en cada y tanto y otro y un segundo, en las fronteras que se agitan como voces de alarma, alarma de abandono, de cambio, de tropiezo, alarma de giro, de comienzo, de rutina, alarma de ya no poder sostener la geometría, la química, la mecánica de esa rutina de empezar de nuevo, esa rutina todopoderosa, todoescandalosa y todoesclavizante de ya no existir sino de estar, de estar cambiando, de estar embrionándonos y agonizándonos y retándonos a insistir, a ser insistidos, a ceder a la insistencia de un camino que nunca cambiará, que no traerá sorpresas, que ha hecho del cambio su costumbre, su plan, su firma y su herramienta, que nos salpica con el fuego del caos de su cambio, que nos cambia una y otra y tanta y cada vez, para que la rutina de empezar de nuevo jamás nos queme con las cenizas del orden de lo igual, del desorden de lo mismo, de las órdenes que aletean en la jaula de lo único.

 

© Sebastián Olaso

2 comentarios:

  1. Tu poema es un vuelo que quiebra y se abre paso ante cualquier rutina. Bravo Sebastián! Alfredo Lemon desde Córdoba

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