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16/10/21

Poema de Ariel Ovando

 


Terciopelo oscuro

 

Es extraño mi trato con los muertos.

Lloro a mares si noto que por la noche

van a pasar frío,

              en particular si les toca un nicho

que da al sur del cementerio:

             me consta de esas gélidas calles

de las geometrías de cal

para caminar entre éste y otros mundos

si las luciérnagas rondan

          a los niños y a las tumbas abiertas,

y se reflejan en la boca de los difuntos queridos

al fondo

  de sus movimientos de bicho acuático

que duele mientras patalee las aguas marrones,

y agite las músicas extrañas, y esos retazos

 de luz entre las paredes venidas a menos.

Es extraño mi trato con los muertos:

van cambiando la anatomía de la ciudad,

volviendo inhabitables pulpas

                                o palabras

     como quien ve el rastro amarillo del día

apagarse bajo la puerta

y comprende, de pronto, la inutilidad de las palabras

en la boca de un muerto

pase frío o hambre en las noches

  donde siempre empieza a soplar el viento del sur.

 

© Ariel Ovando

4 comentarios:


  1. Un poema interesante, y esta conexión con la muerte y los muertos, ese arraigo que parece pertenencia de todos.

    Lily Chavez

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  2. Fragmento de un poema de desgarradora belleza. Esto exactamente es lo que siento también ante este tema.

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  3. Hermoso, doloroso, sentido rexto. Marcelo Valenti

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  4. Muchas gracias, amigos: creo que la principal motivación fue un hecho puntual de mi vida, el fallecimiento de mi abuela. Pero la muerte, sus rituales, y sus huellas en el mundo de los vivos está siempre presente.

    Abrazo grande, de Ariel Ovando.

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