arena de
placer y zafiro
el tiempo
aquel
cuando las
amapolas florecían
sin permiso
y los
gránulos oscuros de sus semillas
rodaban con
la libertad de los sueños.
No había
días / ni noches.
en la ventana nunca anochecía
quedaba en
ella polvo de luz .
© Silvia Loustau
Flash poético Silvia. Muy bueno! Alfredo Lemon
ResponderEliminarMuy bueno.
ResponderEliminarSilvia. Alegría encontrarte aquí, Gustavo leyó ru poesía hace poco en Facebook.
ResponderEliminarHay imágenes bi o polisémicas que tienen belleza, que llegan hondo al sentimiento, que traen tu decir al alma. Las amapolas hablan desde su frágil y preciosa transparencia... hasta ser polvo de luz en la ventana.
Abrazo grande! Cecilia Glanzmann