El arte de
narrar
a Juan José Saer
Al terminar
el poema, en vez de sentirme torpe y débil ante el verbo,
me sentí colmado, expandido, saciado de plenitud y vacío.
Como si hubiera hecho el amor con el lenguaje y la escritura.
Como si debiera esperar días precisos para releerlo o seguir corrigiéndolo sin abandonarlo nunca.
Todo es extraño aquí. Lo cierto fue ayer. El porvenir siempre es podría.
Dame una rareza inesperada, una fogata, un milagro, una corzuela.
Dame una
palabra asombrosa contra el aguijón de la soledad.
Vi unos pescadores con lanzas marrones, muchos mendigos sobre un puente, prostíbulos rojos al borde de una ruta.
Después me di cuenta que se pusieron amarillas las hojas del cuaderno.
La vida
será un libro viejo cuyas páginas se harán invisibles.
Cualquier fábula luminosa resulta real.
Ahora fugo.
Levanto vuelo como un alguacil.
© Alfredo Lemon
El arte de narrar y el arte de "poemar" como en este bello transcurrir de la vida. Gracias por compartirlo
ResponderEliminarUn abrazo Graciela Barbero
Que buen poema. Gracias por compartirlo y Felicitaciones.
ResponderEliminarAna Romano
Decir y desesperar, contar y releer, sufrir y disfrutar todo un arte ALfredo. gracias. Marta Conelli
ResponderEliminarGran poema, Alfredo!
ResponderEliminarBesosss
Alfredo: Qué belleza de poema!!!
ResponderEliminarGracias por comentar los míos.
Abrazo poético.
Tere Vaccaro.
Hermoso!!!
ResponderEliminarSaludos
Anahi Duzevich Bezoz
Dame una rareza inesperada, una fogata, un milagro, una corzuela. que lindas imágenes en este poema!
ResponderEliminarme llama la atención la forma como está estrucuturado el poema que duda entre la narración y el poema y es a la vez narración y poema, a la par que pareciera nacer de la lectura de una narración, y el poema que surge después de esta lectura.
ResponderEliminarsi los lectores lo somos porque el mundo de la literatura sucede pronto y calma la sed océanica que nos habita, para entrar nuevamente en esa búsca.
gracias maestyro,
Walter Mondragón