Allá por mi juventud
conocí algunos poetas
que soñaban ser Rimbaud
y no eran ni ellos mismos,
pues todo cuanto escribían
estaba rozando el plagio
o era un mar de confusión.
Cuando llegaron los años
de no poder ser Rimbaud
porque calvicie y abdomen
denunciaban ser mayor,
plantaron líneas insulsas,
palabras sin emoción
pensamientos repetidos
o edulcorada canción,
amontonando asonancias
sin poder hallar la voz.
Y todo por la manía
adolescente, obsesiva
-más la pérdida de vida-,
por un disfraz de Rimbaud.
© Rubén Derlis
Fantástico poema, Rubén. Notable calidad para dar forma a un estilo que va más allá de la metáfora. Afectuoso saludo y placer leerte.
ResponderEliminarGracias Rubén por compartir tu poesía!!!
ResponderEliminarLa Tere de Boedo.