Una mujer y
un caballo
A Catalina
Cierto día,
en un campo de allá lejos
una yegua
se preñó y al potrillo que le vino
lo llamaron
Milagrito. Una mujer tira de las riendas
con la
pollera desprolija entre las patas. Sostiene
lo que está
en el lomo y en la grupa. Primero
ensilló el
caballo, después le dio de comer,
antes lo
vio asomarse (grácil, delicado)
entre las
patas de su madre.
En el
incendio de los maizales
y en las
espinas de los tunales
una mujer y un caballo
se sostienen.
© María Teresa Andruetto
No hay comentarios:
Publicar un comentario