MI SAPO
Nació
triste, como una luz de neón. Hoy fue descuartizado, 7 a.m. Tres cosas honestas
lo atravesaban. Un grupo de adolescentes que regresaba del boliche. Un bisturí
melodioso que vi por la cerradura. Son los padres los que piensan que los hijos
somos eternos.
EL SAPO QUE NO ES MÍO
Murió a las
7 a.m. Le dijeron que vería un resumen de su vida en el final. Pero recordó que
un hombre le había enseñado cómo desviscerar un sapo. Y se hundió en su
melancólico negro verde pensamiento.
© Denise Fernández
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