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25/8/21

Poema de Sandra Pien

 


MOVIMIENTO EN OCHO POEMAS 

 

II

 

En esas horas de poco antes del amanecer

las del eterno retorno y otras yerbas

las de aprender a esperar que llegará la noche

frente al espejo

me miro hoy las arrugas

esas arrugas de las manos aldeanas y escuetas

y las de los pliegues de la vida en la cara

acebollado pan circular 

las que sonriendo me aparecen

y las que se borran llorando.

 

Me acerco un poco más a la luna

abismal vidrio corrector del mundo

y allí el asombro de la armonía del misterio

donde irradia esta rara y mutua incertidumbre

me susurra sentencioso

                    no se puede reducir lo real

                   no se pueden liberar las sombras.

Fui elegida me digo y sin embargo aprisionada

por el feliz infinito inmensurable.

 

El necesario indicio

de la mirada abierta me pregunta

en cada segundo de esos roces que se agitan

aquí y allá y buscando todos los canales

qué hizo

qué hace de mí este amor.

El cielo rojo asomó con un café.

Entonces me repito desde entonces

el verbo pulsa y a veces tiembla.


© Sandra Pien

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