Lluvias,
lluvias, lluvias
En nuestra
ciudad
no tenemos
tsunamis
pero
despertamos
con el agua
sacudiendo
nuestros
cuerpos.
Y queremos
sacar
(bajo el
sol lejano)
de la
humedad
el tiempo.
E
intentamos volver a pintar
torpemente
las obras
de nuestros hijos
en la
pared.
En nuestra
ciudad
no tenemos
mares.
Pero si
ríos
encarcelados
bajo el
pavimento.
Y el agua
que sube
que baja
donde se
ahoga
la huella
ligera
de los
viejos parques.
No tenemos
tsunamis
ni tornados.
Pero nos
hemos sentido
también
despojados
de nuestros
nombres propios
sin cama,
sin casa, sin tierra.
Y aquí
donde cae
la lluvia
también
tenemos sed.
© Marina Laura Panizo
Muy buena descripción. Conmueve. Alfredo Lemon desde Córdoba
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