Poema de María Laura Decésare
MATHEU 1131
Qué perdura
de la infancia
si no esa
necesidad de decir,
de mirar en
detalle
lo que por
debajo aletea.
Mi padre en
lo alto de la antena
y el perro
que muerde su cola.
Hoy subo a
mi bicicleta
para volver
a ese día,
al hombre
que arregla las nubes
y a mi
madre que lo mira.
© María Laura Decésare
Etiquetas: María Laura Decésare
6 comentarios:
Volver a ese pasado hecho de instantes perdurables a través de tu poema. Qué bueno subirse a la bicicleta del recuerdo! Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
Gracias!
Felizmente, la infancia es el único territorio que nunca se abandona.
Abrazo!
Es nuestra historia. La única e irrepetible.
Hermoso.
Verónica M. Capellino Rando
Que buen final el del poema
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