LOS ERRORES
DE DIOS
¿Por qué
pierden sus hojas cuando más las necesitan?
pregunta mi
hijo de nueve años.
Es otoño en
las calles, pero invierno en el aire.
Con vapor
en la boca
dice
mirando las
últimas estrellas del amanecer:
Dios
también se equivoca
Más allá de
las ramas,
espera una
respuesta.
La
naturaleza nunca calla.
El viento,
con ánimo divino
ríe
o llora
quién sabe
desnudando,
violento,
uno a uno
los árboles
de la cuadra.
Una lluvia
amarilla de hojas
quiebra
todo el misterio
de mi hijo
que contempla
los
milagros
del
incendio
y al ver
esos brotes
en las
ramas doloridas
me mira
y
comprende:
los árboles
como las
mujeres
se desnudan para parir.
© María Casiraghi
Excelente poema Maria ,pleno de imagenes y un final conmovedor Felicitaciones
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