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19/8/21

Poema de Gastón Malgieri

 


« La incredulidad de Santo Tomás»

 

¿De verdad te parece un pecado tan inaudito

pretender que me acaricies,

como si fuera la única razón válida para estar en el mundo?

 

¿Qué más tenés?

¿Cuál es ese tesoro tan costoso que yo no sé apreciar?

¿Por qué no confías en lo que dicen tus dedos al tocarme?

 

Porque lo que dicen, te espanta.

 

Dicen algo acerca del sudor

algo

sobre la tensión de tus muslos

al deletrear mi saliva

 

Algo que se te vuelve indescifrable,

cuando lo ponés a caminar

como a un ratón

en el laberinto de escudarte en el axioma.

 

No es por ahí, hermano.

 

Yo no entiendo nada de la supuesta lógica del mundo,

si eso te hace más feliz.

 

Nada.

En absoluto.

 

Sólo cuento con el coraje de quien supo,

a temprana edad

que todo es una enorme mentira.

 

Alguien le dice al oído:

lo que tocás, es cartón

y los juguetes se le vuelven opacos de golpe.

 

Sigo siendo ese pibe,

de manos agitadas,

que corrió el follaje para ver qué había

del otro lado de lo humano.

 

Ese nenito tembloroso,

que juró ante el Dios que le habían impuesto,

hacer del espanto,

artilugios de colores

para iluminar el bosque de los otros.

 

Soy

aunque no quieras

un error de redacción

en la historia que querés contarme

acerca de la vida.

 

Yo no vine a este pantano a enseñarte nada.

 

Traje apenas

un cuerpo dañado

algo de fuego

el plano de una trinchera

no sé cuántas preguntas

 

Eso es todo lo que tengo.

Eso,

y esta boca

que no para de abrirse

como una flor vistosa

que ya nadie mira con fascinación.

 

© Gastón Malgieri

1 comentario:

  1. "No es por ahí, hermano"

    Claro que no. El poeta y el poema, gracias! Lo dicen.
    Quien quiera oír, que oiga.

    Verónica M. Capellino

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