peces del desierto
vuelan por el cielo
de la rojiza madrugada
del sur del mundo.
en el horizonte se recorta
el filo morado de las bardas
creando un cuadro impresionista.
por la ruta 22
los maestros marchan
cantando consignas
en su lucha por la dignidad de enseñar.
el poder de turno
reprime la educación
que libera de la esclavitud
a los niños del sistema.
un asesino
ataviado con uniforme de esclavo
dispara en la cabeza de un maestro.
Carlos Fuentealba
vuela ahora por el cielo sangrante
junto a los peces del desierto.
© Aldo Luis Novelli
Tu poema es un grito desgarrado, una herida que sangra todavía querido Aldo! Abrazo desde Córdoba, Alfredo Lemon
ResponderEliminarGracias Alfredo!, un gran abrazo compañero.
ResponderEliminarDuele, duele, y es necesario que así sea!
ResponderEliminarBesosss
Memoria!!!
ResponderEliminarPasé aquel viaje a Villa La Angostura, por ese lugar donde descansa.
Presente yo también, querido Aldo Luis, para homenajear a Fuentealba y aplaudir tu poema. Un abrazo, Elena S. Eyheremendy
ResponderEliminarTodo el dolor y la injjusticia en tu poema, gracias por la memoria,
ResponderEliminarSilvia Louastau
Cuánto dolor y cuánta injusticia. Gracias por este homenaje querido Aldo
ResponderEliminarGracias amigas y grandes poetas todas que disfruto leyendo, Mónica, Nerina, Elena, Silvia y Leonor. Abrazos repartidos.
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