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10/7/21

Poema de Leopoldo Teuco Castilla

 


BALADA DE AUSCHWITZ

 

En la valija de Jacobo caben

una camisa, una fotografía

y el polvo del camino

que adelgazó cuando lo enterraron.

 

Estos son los anteojos de Issac.

Los de ver irse el mundo

por una grieta de un vagón del tren.

Los limpiaba con  su aliento. No podía

respirar si miraba,

si respiraba se quedaba ciego.

 

Este es el pelo de Esther

encaneciendo solo. Esos

los zapatos de Samuel y la muleta de Aarón

y la pierna de madera de Raquel.

 

En esta mancha del jergón de paja

se  disolvió el niño

al mamar la tiniebla de su madre.

Esa es la tela que tejieron con sus cabellos

( y es que lo frágil

                             hila el espanto. )

 

Este es el sobretodo de Josué

donde se encerró. Su casa oscura.

No lo pudieron hallar

                                  cuando lo asesinaron.

 

Detrás de las barracas

los hambrientos alambrados

el ojo demente de los reflectores

 

y un patíbulo.

 

Fuera de Auschwitz todo es nieve

y silencio.

 

Hombres y mujeres por la tierra.

Por toda la tierra

       sombras

                 de blanco.

 

© Leopoldo Teuco Castilla

18 comentarios:

  1. Se disolvió el niño al mamar la tiniebla de su madre ...una síntesis poética, terrible y deliciosa, del espanto...

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  2. Conmovedor y muy potente. Y la tristeza de saber que fue terriblemente real. Alfredo Lemon

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  3. Dolorosamente bello. Gracias poeta.

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  4. Gran poema!! Gracias Teuco! Beatriz S.P.

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  5. Felicitaciones Teuco!! Gran poema! Beatriz S.P.

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  6. Fuerte poema querido Teuco. Bellamente expresada la cruel realidad. Abrazo. María Paula Mones Ruiz

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  7. Excelente y conmovedor este poema. Felicitaciones !!
    Rosa Lía

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  8. Un poema gráficamente tocante, un tema difícil para poetar. Felicitaciones, Teuco.

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  9. Belkys Sorbellini14 de julio de 2021, 9:27

    Conmueve! Fuerte y me quedó el silencio interpelando.

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  10. Felicitaciones, poesía necesaria!! Gracias, Teuco!!

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  11. Fuerte, humano, hermoso poema.
    Estuve en el Museo del Holocausto. También tuve que exorcizar en un poema ese terrible llamado de los objetos, sus señales.
    Verónica M. Capellino Rando

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  12. Fuerte, humano, hermoso poema.
    Estuve en el Museo del Holocausto. También tuve que exorcizar en un poema ese terrible llamado de los objetos, sus señales.
    Verónica M. Capellino Rando

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  13. Excepcional en todos los sentidos. Isabel Llorca Bosco

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