LA PALABRA
TAMBIEN
Ha muerto
Marcos Silber
y Carlos Levy
y Rafael
Vásquez
y Beatriz Mazliah
y la
palabra también un poco se murió.
En esta
soledad me encuentro entre sus rostros
Y sus
versos de luchadores olímpicos
Invitando a
la fiesta
de
la poesía
hasta que
se quede afónico
el perro
tras los coches
del funeral.
© Carlos Norberto Carbone
Potente homenaje al recuerdo de sus versos y sus días compañero Carlos. Emotivo y muy bien escrito. Gracias! Alfredo Lemon
ResponderEliminargracias ALFREDO, abrazo grande siempre.
ResponderEliminarimpactante.me paralizó. susana zazzetti.
ResponderEliminarConmovedor tu homenaje, tan noble y fiel!
ResponderEliminarQué preciosura en la tristeza...
ResponderEliminarHermoso homenaje a esos grandes y admirados poetas.Hermoso poema
ResponderEliminarQue profundas palabras, conmueven mucho.
ResponderEliminarAnahí Duzevich Bezoz
Han dejado un legado, ahora han sido llamados a escribirle a las estrellas!!
ResponderEliminarGracias por el conmovedor homenaje, quedamos ladrando a la luna entre tanta pérdida. Abrazo.
ResponderEliminarExcelente Carlos, dolido, auténtico y con las palabras justas en el verso justo. Mil gracias por este poema en el que todos acompañamos un poco para transitar la perdida de tantos queridos amigos poetas.
ResponderEliminarCarlos gracias por este poema que a todos nos toca tan hondo. Es perfecto homenaje acompañador en esta estela de pérdidas. Pero aquí nos tienen, aquí los tenemos, aquí...
ResponderEliminarMaría Paula Mones Ruiz
Impresionante expresión de sentimientos de quién se queda y ve partir parte de su vida, de poetas.
ResponderEliminarMaria Gabriela Micolaucich
Gracias!!!!
ResponderEliminarLos que se van quedan en la eterna palabra heredada desde el corazón.
ResponderEliminarDescansen en paz, las voces de una época que con el tiempo, dará su semilla.
Saludos cordiales.
Homenaje sentido. Siempre queda la palabra.
ResponderEliminarGracias
Mrvavillosa elegía querido amigo poeta
ResponderEliminarEs legado:que la palabra diga el dolor, que la poesía persista.
ResponderEliminarVerónica M.Capellino Rando
Muy bello, Carlos! Y ese final!
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