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3/7/21

Poema de Camila Charry Noriega

 


Hueso suelto

 

Es el hueso suelto

una palabra sin nombrar

y en su tuétano

habita Dios de ojos turbados.

 

Su voluntad es equivalente a la de todo: el deseo.

Y aunque padece las ansias de la carne

más fiero que cualquier mortal,

se retuerce sobre los que aman.

 

Nada lo conmueve,

quizá la piel brillante

de las jóvenes que tiemblan bajo el temporal

o la incrédula mirada de los que mueren en la guerra,

no los niños, ni los perros

no las madres desgarradas de dolor,

no.

 

Por eso dicen los que saben:

mejor cantarle a la tiniebla en la montaña

al cardo en el camino

al sol que enciende el hocico de las hienas.

 

Nada lo complace más

que los hombres hincados

por desear la pulpa abierta,

la víscera rasgada de los otros.

 

Y cuando todos imploran se hincha;

es el hueso que se llama como él.

 

Nada hay que más le alegre

que en los templos los hombres

incapaces de humana soledad,

de dolor humano en lo humano.

 

© Camila Charry Noriega

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