EL BOSQUE
DEL MAINUMBY
yo también
crecí
como árbol
rojo
paralelo a
los alcoholes/
al lunático
meridiano
que crecía
en mi boca/
y ponía a
cantar a las criaturas
en el
círculo o la caricia/
en la
materia de nenúfar
hacia todas
direcciones/
hacia los
extremos del sueño/
que
deviene
en
círculos/ en cantos/
ese sueño
que nos llama desde selvas
provisorias
desde
relámpagos entre palmeras:
alas de un mainumby*
las brasas que arden pero no
queman
y si queman
es apenas un fuego
ebrio de
las flores absueltas
un fluir de
la palabra en las siluetas descendidas
que bailan con los
vientos del origen
viene,
viene el pajarito gota de agua
y viene
bailando en la lengua de un tigre azul/
de un tigre
que al tragarse la luna
verá pasar la muda barca de
los eclipses
por delante
de sus ojos
y dejará
acaso dejará
apenas un manojo
de sílabas luminosas cuando se
vaya
un montón de rostros
encandilados
por la
memoria
entre las hojas
mientras
los peregrinos sueñen con un pájaro,
que vaya donde vaya
es el
centro
y la
imposibilidad
del bosque.
• Mainumby: colibrí, picaflor.
© Ariel Ovando
Pleno de imágenes a pura metáfora... Bravo!
ResponderEliminarMe encantaron las adjetivaciones. Le dan vuelo al poema.
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