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2/6/21

Poema de Laura García Del Castaño

 


Tarde comprendo que no hay relación entre el tamaño de las manos

y el caudal de su entrega

que por el volumen del habla no conocí al captor

ni el talle del amigo era acorde al de su lanza

Vuelvo a confundir al depredador por la silueta equivocada

Descubro el cebo que imanta y es irrelevante:

 no asegura el final del engaño

Una semilla se transforma en la visión del jardín

Pero un jardín no admite otra visión

Soy este animal inapetente que entierra todo para después

cuyos días se inventan entre episodios y enigmas

La energía alcanza a colgar un cuadro,

pausar una serie favorita,

cargar el mate del odio

manteniendo esa impávida postura:

Ser prolijo simétrico y desarraigado

Tarde entiendo que lo que viene desafilado y sin gruñido

alienta a esa serpiente a desenterrarse en nosotros

Junto a mí, alguien habla de las avispas

y yo las sueño a la siesta

Lavo y cuelgo las copas

mientras madre toma con fuerza su garganta

así voy con los demás intercambiando terrores

Deseo

 que algo súbito se desencadene,

que tenga relación que tome el coraje

que evidencie la disolución

Un elefante que arrastre este mutismo confortable

aunque luego de madrugada el espectáculo se reduzca a esto:

una hormiga demoliendo la noche,

el vino derramado la dulce fortuna

“Somos como la madera verde, nuestro fuego produce más humo que luz” Cusano

 

El día anterior a tu partida visitamos el laberinto

Tal es su estructura de serpiente

un laberinto es una coreografía del desánimo

Una voluntad pequeña allí se engrandece,

nos espeja al tortuoso laberinto interior

Fascinado entre la simetría de arbustos avancé

deambulando hasta la rabia

Chocando con esquinas desproporcionadamente angostas,

volviendo sobre mis pasos como si fuese un distinto sendero cada vez

creyéndome cerca cuando en realidad me alejaba

Y vos, clarividente

 desde una torre te deleitabas de la incesante derrota:

quedar repartido entre negaciones y enigmas,

que se haga tarde y no avance a la salida

Toda una ingeniería del desencuentro

y una espectadora inalterable

que observó con la incontinencia del apático

al que no le interesa la jugada

o era ya parte de la escena

un ejemplar más entre los cipreses

dispuestos a cerrarnos al mundo

 

© Laura García Del Castaño  

4 comentarios:

  1. Magnífico poema Laura. Intenso, vivificante! Abrazo grande, Alfredo Lemon

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  2. Conmueve este poema entre sus desgarros y laberintos , esa serpiente que aparece desenterrada, esa ingeniería del desencuentro!! Fuerte y verdadero .Gracias querida poeta

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