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9/6/21

Poema de Benjamín Fructuoso

 


Esta noche me alejo de casa

el bosque esconde la luna

convido al candil

una gota de luz de la lámpara a gas

y avanzo por un sendero de viento imantado

 

Entre la oscuridad y la pobre lumbre

encuentro un murciélago trazado con hilo rojo

en la corteza de un árbol

el miedo me inunda las venas

en esta madrugada anónima

 

Por un momento

un búho me acompaña con la mirada

se pena menos la vigilia

si es de a dos

pero él me abandona pronto en vuelo nocturno

y yo vuelvo al pernocte solitario

 

Un puñado de luciérnagas reflejan del cielo

camino lácteo de estrellas insomnes

hacia allí, donde apunta el guardián de Orión

 

Mi antorcha evidencia las sombras

danzando en penumbras

y tropiezo con ellas

las brujas bailan al rededor de una fogata

toman y escupen brebajes azules a las llamas

se ríen de la noche que las cortejó hasta estas horas

ríen y lloran gotas-rocío

que salpican mi cara

sus manos alcanzan el plenilunio y yo por fin me sereno

 

la aurora trajo consigo

el canto de un pájaro

y se llevó las sombras

a otra parte

 

© Benjamín Fructuoso

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