Palabra
Quema la
entraña
con un
dolor dulce y salvaje.
Se
introduce en la piel,
me horada
con cada sílaba perdida.
Y no sé si
lo que arde
es una
vigilia de seres fantasmales
o un deseo
no consumado.
Me tiendo
sobre el aire
y me arrojo
a una intemperie
de gritos y
susurros,
mujer
extraviada en su propio envoltorio
mientras alrededor siguen su curso
la lluvia, el sol,
el mar que adivino
y una voz que me llama
más allá de mis límites.
© Beatriz Minichillo
un dolor dulce y salvaje" qué imagen todo el dolor dulce y salvaje en ella! susana zazzetti.
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarMe gustó, muy bueno Betty!! abrazo grande
ResponderEliminarANTONIO
Gracias
EliminarGracias Antonio
Eliminarexelente poema Beatriz ,un abrazo para vos
ResponderEliminarMarizel Estonllo