Poema de Ana Julia Saccone
La mano que
da
es dorada.
A veces,
muta.
Y es rama
de laurel.
De su palma
brota agua fresca.
La iluminan
luciérnagas.
Luz y agua
urden la trama
de la
eternidad.
Nadie la
ve.
No abandona jamás al bendecido
© Ana Julia Saccone
Etiquetas: Ana Julia Saccone
1 comentarios:
Bello, sugerente y místico, lo siento y lo tomo como un buen augurio justo en esta mañana que ha nevado en Córdoba. Gracias! Alfredo Lemon
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