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20/5/21

Poema de Viviana Ayilef

 


Canto a la esperanza

 

Desperté esta mañana porque cantaban los pájaros

vaya a saberse qué pájaros eran los que tanto cantaban.

Avancé en el pasillo de casa a tropiezos

porque juegan los gatos a trepar en mis piernas como si de lana fueran

hilos que tejen

el día

y tropecé de inmediato con los juguetes dispersos

-como un campo minado es mi casa, cositas de niños-.

Supe mirarme al espejo y asomó una sonrisa,

mis ojos

más que despiertos en un semblante que dice: Otro Día.

Puse la pava al hervor, y supe que el calor llega también solitario a mi mesa

Y tropecé en esa mesa con libros que leo.

Mi mesa de trabajo está colmada de amigos que le dan palabra

a lo que necesito.

Ahora estoy aquí, tropezando en las teclas una alegría incierta que irradió lo pequeño

y siento que la felicidad es esto, también, una serena paciencia, una semilla hacia el aire

caricia en las aguas por las que supe nadar,

y hoy recuerdo

espesor de la tierra en la que pude acostarme y gozar,

a la que volveré a descansar

algún día.

Calor y luz de ese fuego

de todos los fuegos

que somos.

 

© Viviana Ayilef

3 comentarios:

  1. Casi todos los días la vida cotidiana nos ofrece sus rostros y la/el poeta se deja conmover y escribe. tinA eLORRIAGA

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  2. Muy buen poema! Celebración por esa magnífica "alegría incierta que irradia lo pequeño". Alfredo Lemon desde Córdoba

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  3. Encantador tu poema en todos sus tropiezos.
    Un placer leerte.

    Abrazo

    Claudia

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