Sor Juana
Cuánto
lloró la luna ante el encierro
trozo de
historia crucificado en rosas.
De tu
corazón a tus huesos
la palabra
mordió el límite de la clausura.
Un arpa de
silencio
estalló en
la lejanía incomprensible de tu opción.
Los ángeles
sin lengua
se
ultrajaron en la intimidad de cada celda.
Fue de
guerra tu santidad
tan azote
tan lágrima
tan de
nadie.
La sangre
de Cristo mordió la tierra con tu nombre
y tu sangre
delirio de
cristal
viajó por
los tiempos.
Vives en
cada desobediencia
que concibe
la verdad.
Bendita
seas.
© Vivi Aguirre
Música del cielo, exquisito tu poema, roza el absoluto. Bendiciones! Alfredo Lemon
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