Monólogo del ángel primero de Wenders
Frotaba las
alas contra el perramus
como si manos
fueran ahuecadas por la niebla
traspasadas
por agujas de campanarios
en la
devastada ciudad / escalaba
con la
retina / del trapecio
la cuerda
remontar
podría meandros divagantes de la historia
si su
condición trocar pudiera
por un par de
piernas.
Huir
arrastrándose de la eternidad
O de
esa su fábula
para sentir
el peso de la gravedad
amasijo de
los sentidos
un non
sense de amor.
Qué
incienso ahume por esta noche
humanamente leve, miserere de mí.
© Victoria Lovell
Bienvenida Victoria a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneas/os. Abz, Gus.
ResponderEliminarINMENSAS PALABRAS ! ABRAZOS !!
ResponderEliminar¡Qué buen manejo, me encantó el decir! Una vez más, muchas gracias Gus, por permitirnos leer tanta poética valiosa de nuestra tierra y época. Bienvenida, Vicky
ResponderEliminarMuchas gracias, Gustavo. Un gran placer formar parte de esta página tan prestigiosa.
ResponderEliminarBienvenida Ana Victoria! Muy bueno tu poema que partiendo de una película (Alas del deseo/Cielo sobre Berlín) te permite ofrecernos imágenes contundentes y sentimientos movilizantes hasta concluir bellamente: "Qué incienso ahume por esta noche/ humanamente leve, miserere de mí". Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarMuchas gracias por tu atenta lectura.
ResponderEliminarBienvenida Victoria. Un placer leer este poema con imágenes muy logradas y un verso final que se destaca.
ResponderEliminarAna Romano.
Siempre es grato re-leer/ver/sentir esta película infinita, gracias por tu mirada y tus versos!
ResponderEliminarGracias por traerlo, y bienvenida Victoria.
ResponderEliminarEsa "fábula", qué palabra...todas tus palabras laten en el poema.
Saludoss
Muy bello poema, Vicky, me encantaron las im´`agenes! Bienvenida!
ResponderEliminarJuan C. Rodriguez
Victoria, gran poema, bienvenida. Abrazo. Marta Comelli
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