Mi madre
duerme en casa
y en el
aire de la mañana se la escucha
moverse
con los
ruidos pequeños de los sueños,
su
presencia
confundida
con las
respiraciones dormidas de mis hijos.
Siempre es
un poco extraño
velar el
sueño de las madres,
esa
sustitución que lentamente empieza
a hacerse
parte de las cosas,
como un
lunar que crece sobre el cuerpo,
una
pregunta
que aparece
y no hay
respuesta.
© Mariana Finochietto
INCREÍBLE TEXTO ! ABRAZOS MARIANA !
ResponderEliminarEsa sustitución a la que cuesta acostumbrarse, y que será algún día con nosotros y nuestros hijos.Hermoso poema
ResponderEliminar¡Precioso!!
ResponderEliminarhermoso hermoso Te abrazo
ResponderEliminarEntrañable poema de la vida y sus paradojas.
ResponderEliminarSusana Giraudo
El dolor y el amor al dar la vuelta. Muy bello.
ResponderEliminarUn poema tierno pero a la vez inquietante, es la vida, su natural curso y sin embargo está la pregunta, el lunar que ha crecido tal vez sin nuestra anuencia.
ResponderEliminarCariños
Juany Rojas
Gracias!!
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